miércoles, 16 de enero de 2019

Reconciliación












  Cuánta intimidad requiere a un cuerpo desnudo abrazar, puedo mirarlo, disfrutarlo, gozarlo sin amor, pero yo me pregunto ¿será tan especial como entre tus piernas estar?

  Después de meses separados, entre muchos brazos me he encontrado, sudor derramado, terciopelos acariciados, creyendo calmar mi sed en otras fuentes del placer; pero me coronaba la ansiedad, y yo me preguntaba ¿por qué será?

  Abrochado como un botón a su ojal, entre los muslos de la primera mujer me encuentro; pero no me hallo, no lo entiendo, me quedo interrogándome ¿por qué no me satisface, por qué no es capaz de arrancar lo que sale de mis entrañas?

  Pruebo suerte en otra fachada, pienso que ella está enamorada; pero nada más lejos de la realidad, ella sólo quiere follar, pienso de nuevo ¿por qué sólo quiere follar, sin buscar la intensidad de afinar para derramarse de verdad?

  En otra movida me encuentro, arrebatos sádicos salen de aquel encuentro; la galopo como poseído por el diablo, pero yo sólo quiero acabar, mi mente no demuestra brutalidad. Cuánto cuero en su boca, casi me desangro por la po… ¿Dónde estás, sólo con tu cuerpo me quiero reconciliar?

  Camino entre cuerpos diferentes, de variados gustos; y yo intentando en cada uno de ellos, buscar algún punto de su cuerpo para concentrarme y así poder excitarme. Imposible tratarlo, imposible elevarlo; no puedo apartar tu imagen de mi mente ¿serás especial, o sólo son fantasías de mi mente?

  Deambulo sin rumbo, sobre el ensordecedor sexo que me ofrecen, no eyaculo poesía, eyaculo semen ¿por qué es sin tí tan diferente? Volcado sobre cualquier lecho me encuentro, que penetraciones más desoladoras cuando las tuyas son tan acogedoras; derraman sobre mi todo tipo de fantasías, incluso  lluvias de colores ¿qué me sucede, que sólo veo tu cuerpo reflejado en los cristales de mi mente?

  No puedo más, ¡quiero reconciliarme con tu cuerpo ya! No puedo aguantar ni un segundo más; quiero volver a tus cataratas de Victoria, a tus sinuosas dunas por fresas coronadas, a tu oscuro monte donde las gotas de rocio le dan claridad. Quiero tirarme sin paracaídas a tu Cañón del Colorado, el abismo para mi más preciado.

   Reconcilia tu cuerpo con el mío, déjame besar tus columnas, morder tu higo, meter mi dedo en tu ombligo, déjame volar entre orgasmos contigo, quedarme sordo con tus gemidos.

   Por favor... Reconcilia tu cuerpo con el mío.



Nadavepo