Que inmaculado “ovoide”, forma tu linda cara tu bello rostro... jamás
en la tierra hubo, espejo en el que me mirara más hermoso.
Exquisitos “rombos” de color azul, conforman
tus bonitos ojos… que delirante es, verlos descansar sobre tus pómulos rojos.
Tu nariz la forma, un perfecto “triángulo
rectángulo”… por donde inhalas vida y exhalas sueños, envueltos en un rosado
tono de deseo.
Una “línea” tenue y delgada, es la marca de
tus labios carnosos… que perturbador es verlos devorar mi sexo, mientras
aprieto mis dientes de puro gozo.
Un elegante “trapecio” es tu blanco cuello,
envidiado por el cisne más esbelto o rotundamente el más preciado… que erotismo
tiene, que sensual cuando yo lo estoy besando.
No tengo más remedio que bajar, y tropezar
con los “círculos” de tus senos… que maravilla contemplarlos, acariciarlos es
como rozar las “espirales” del universo.
Lamo como si me faltara tiempo, los rosados
“prismas” que forman tus pezones al viento… no puedo dejar de mamarlos, soy
adicto a esos “conos” con sabor a sal y olor a endrinas del tiempo.
Sigo buscando, hasta encontrar en tu vientre
un pequeño “punto”, que hacia dentro se va desvaneciendo… ombligo dorado, que
como en matemáticas es infinito, yo lo beso y nunca termino.
La curiosidad me lleva, hasta tu “triangulo”
invertido, que gozo es ver la “h” que lo deja dividido… eso me enerva me
dispara, hace que tome grosor mi casto “cilindro”. Solo pienso en penetrarlo
hasta quedar extasiado, como queda un hombre cuando ve a un ser divino.
Destrozado de placer en la cama he caído,
desde abajo contemplo la “pirámide” que forma tus piernas abiertas… que faraón
no hubiera deseado, pasar su descanso eterno, en un sitio tan sumamente
acogedor y bonito.
Nadavepo.