jueves, 28 de abril de 2016

Cuestión de Geometría












  Que inmaculado “ovoide”,  forma tu linda cara tu bello rostro... jamás en la tierra hubo, espejo en el que me mirara más hermoso.

  Exquisitos “rombos” de color azul, conforman tus bonitos ojos… que delirante es, verlos descansar sobre tus pómulos rojos.

  Tu nariz la forma, un perfecto “triángulo rectángulo”… por donde inhalas vida y exhalas sueños, envueltos en un rosado tono de deseo.

  Una “línea” tenue y delgada, es la marca de tus labios carnosos… que perturbador es verlos devorar mi sexo, mientras aprieto mis dientes de puro gozo.

  Un elegante “trapecio” es tu blanco cuello, envidiado por el cisne más esbelto o rotundamente el más preciado… que erotismo tiene, que sensual cuando yo lo estoy besando.

  No tengo más remedio que bajar, y tropezar con los “círculos” de tus senos… que maravilla contemplarlos, acariciarlos es como rozar las “espirales” del universo.

  Lamo como si me faltara tiempo, los rosados “prismas” que forman tus pezones al viento… no puedo dejar de mamarlos, soy adicto a esos “conos” con sabor a sal y olor a endrinas del tiempo.

  Sigo buscando, hasta encontrar en tu vientre un pequeño “punto”, que hacia dentro se va desvaneciendo… ombligo dorado, que como en matemáticas es infinito, yo lo beso y nunca termino.

  La curiosidad me lleva, hasta tu “triangulo” invertido, que gozo es ver la “h” que lo deja dividido… eso me enerva me dispara, hace que tome grosor mi casto “cilindro”. Solo pienso en penetrarlo hasta quedar extasiado, como queda un hombre cuando ve a un ser divino.

  Destrozado de placer en la cama he caído, desde abajo contemplo la “pirámide” que forma tus piernas abiertas… que faraón no hubiera deseado, pasar su descanso eterno, en un sitio tan sumamente acogedor y bonito.





   Nadavepo.
 




  

domingo, 17 de abril de 2016

Amor a ciegas












   No avisas, pero sé que estas desnuda ante mi… tu olor a canela te delata.

  Quieres jugar a la gallinita ciega, sabes que no necesito venda en los ojos… pero aunque no lo creas, llevo ventaja sobre ti.

  Das dos pasos acercándote un poco más, tú crees que no te oigo porque vas descalza… pero el susurro de tus pies, besa mis oídos.

  Piensas que tus intenciones son secretas, pero te equivocas… sé, que quieres sexo.

  Tu olor a mar revuelta, me indica que estas preparada para una fulgurante batalla… me llega la brisa de tu cañón humeante, será dura la contienda.

  Abordas mi boca, con unos labios muy conocidos para mí… dejas derramar en ella, todo el ron de tu bodega rosada.

  Mi mástil se eleva, convirtiéndose en el palo mayor de tu galeón… dejas el último sorbo de tu licor, sobre mi lengua. 

  Sabes que al estar tú de pie y yo sentado, me dejas un perfecto acceso a tu línea de flotación… entro en tu cueva del tesoro, la abordo con el garfio de mi mano derecha.

  Con el índice de la izquierda, profundizo en tu Santa Bárbara… un alarido de sirena capturada por el placer, inunda toda la oscuridad de mi mente.

  Los vaivenes de mis dedos son constantes. Como siempre… tus orgasmos van y vienen, como olas cargando sobre la arena de la playa.

  Te retuerces de placer, como el mascarón de mi proa… que imagen tan preciosa, para estar en alta mar.

  Acabo con tus primeras fuerzas, tú te arrías como vela de Bergantín, arrodillándote ante mi… te amamantas de mi torpedo, succionándolo con tu boca de terciopelo.

  Embistes con todas tus fuerzas, quieres que mi volcán tenga la primera erupción… me dejo llevar, tengo espasmos de gozo al derramar sobre tu cara, la lava blanca de mi pozo.

  Creo que todo está terminado, pero me asusto cuando me coges de la mano… me acomodas en tu diván, la guerra sólo está a la mitad.

  En cuatro minutos y a duras penas, izas de nuevo mi bandera… nos entregamos a un interminable fragor, en este punto ya hemos perdido todo el pudor.

  No me importa nada ser invidente,  pues en mi mente tengo gravado, el mapa del tesoro de tu cuerpo… que bonito es, con mis manos explorarlo y recorrerlo.

  Tú ostra se amolda a mi tridente, porque como último fin… quieres galoparme, como galopa las olas el delfín.

  Sacudes tu cuerpo como un maremoto, desplazando tu placer hacia mis rincones más remotos… en esta última envestida, has hecho que mi espada estalle en mil pedazos de resina.

  Y divertida moraleja, como en una partida de barcos… no solo me has tocado, sobre tus pechos he quedado hundido.

  Para amarte, no hay que verte… y mucho menos ver, para desearte.




   Dedicado: a todos aquellos que por alguna razón, fueron privados de uno de los tesoros más bonitos que tenemos, el sentido de la vista.





Nadavepo.
 




  

martes, 12 de abril de 2016

Clávame











  Forja mi clavo de acero, con tu lengua incandescente… y dale forma, con tus labios turgentes.

  Golpéalo, con tus paralelos mazos imponentes… y clávalo en tu cuerpo, como cuchillo clavado en manzana ruborizada.

  Abárcame, con tus manos de hiedra y tus pies de enredadera… y átame, contra tus duros senos, haciendo que mis manos presionen, tus exuberantes caderas.

  Cinco minutos, cinco nada más, sin movimientos bruscos y sin balbucear… solo amoldando la entrada de tu fresa, a mi duro acero que no está forjado de puro metal.

  Clávame en tu sexo, con la fuerza del huracán… mientras yo te clavo en mi mente, con la espada candente del titán.

  ¡Y yo de nuevo reiteraré!

  Cinco minutos, cinco me bastarán, para conocer la gloria… explotando como traca, dentro de tu bosque virginal.
 



Nadavepo.