lunes, 29 de diciembre de 2014

Amor de hombre







  Y me enamore de ti aunque la mayoría del mundo lo viera feo.
 Pero tú ya sabes que rompería con la humanidad si me prohibieran que pudiera quererte.
 Qué bonito es pasear contigo, aunque miradas extrañas se ciernan sobre nosotros.
 Nunca podrían evitar que te amara, y aunque eres hombre como yo te deseara hasta en la cama.
 Pero no olvides vida mía que te prometí amarte y desearte toda la vida, porque creo en las uniones fuertes aunque otros las vean diferentes.
 Te desee desde el primer día, y tus abrazos lograron desabrochar de mi mente los complejo que la sociedad me había grabado a fuego cuando era adolescente.
 Traumas y castigos había sufrido por ser diferente, pero con tus besos todo los borraste y conseguiste que me sintiera valiente.
 Ahora no encuentro palabras para agradecerte todo lo que has conseguido conmigo, que me sienta hombre que quiere a hombre  sin ningún pecado cometido.



Nadavepo.



sábado, 27 de diciembre de 2014

Quisiera ser








  Quisiera ser tus zapatos, y que tus elegantes pies se apoyen en mí.
 Quisiera ser tus guantes, para darle calor a tus bellas manos.
 Quisiera ser tu bufanda, y poder rozar tu cuello esmaltado.
 Quisiera ser tu carmín, para besar el terciopelo de tus labios.
 Quisiera ser tus medias, y apretar tus glúteos bronceados.
 Quisiera ser tu sujetador, para mecer tus senos nacarados.
 Quisiera ser tu cinturón, y ceñir tus caderas cuando no estén mis manos.
 Quisiera ser tus bragas, para abrazar lo que todos los hombres han deseado.


Nadavepo.



domingo, 23 de noviembre de 2014

El orgasmo








Un orgasmo es elevar a la máxima potencia la sensibilidad de mis sentidos.
 Olor: mis fosas nasales se dilatan, captando como un can todos los olores corporales que tú desprendes, elevando mi libido a límites desconocidos.
 Tacto: las manos serán capaces aunque tengas los ojos vendados, de procesar las curvas de tu cuerpo, llevándome a la excitación más absoluta.
 Vista: mis ojos se pondrán como platos, dilatando sus pupilas para apreciar tu danza del placer y los gestos de tu cara en pleno éxtasis, ellos conseguirán subirme  al carro del deseo.
 Oído: Tus gemidos, serán audibles por mis pabellones auditivos desde kilómetros de distancia, lo que me atraerá como el canto de las sirenas a los marinos perdidos, dejándome varado en la isla del frenesí.
 Gusto: este sentido me ayudara a procesar todos los sabores que desprenden los poros de tu piel, seré como abeja saboreando el polen de la flores consiguiendo que una de ellas me envuelva en los pétalos del amor.
 Y cuando todo esto llegue a su punto más álgido, hará que estallemos en pompas de mil colores que nos elevaran sobre una nube que nos sostendrá tan solo durante unos breves segundos. Y pensaremos que hemos llegado al orgasmo, pero eso no sucederá hasta que la nube no se difumine dejándonos caer con suavidad,  y en ese trayecto nuestros sentidos se desconectaran perdiéndolos por  microsegundos. Y cuando de nuevo abramos los ojos y miremos a nuestro alrededor viendo lo que ha sucedido y recuperando lo que por segundos hemos perdido.
  Hasta que no completemos todo este ciclo, no sabremos que hemos tenido un orgasmo.
 Por eso cuando estoy contigo, a menudo me vuelvo ciego, sordo  y mudo, que lástima que solo dure escasos segundos.


Nadavepo.




martes, 18 de noviembre de 2014

Acordes









Te lanzaste sobre mí como los acordes de una guitarra eléctrica.
 Descargando sobre mí todas las vibraciones que emanaban de tu cuerpo.
 Yo me defendía, punteando con mis dedos una canción de placer sobre tus senos.
 Y tus manos como ecualizador, elevaban el grosor de la púa más elástica de mi cuerpo.
 Y yo mientras tanto afinado los gemidos, que al acariciarte salían de tu precioso cuerpo.
Como en un concierto, al penetrarte tu empezabas a bailar frenéticamente sobre mi miembro.
Y entre tus piernas, tu clítoris vibraba  lujuriosamente  como vibra con buena música la membrana de un gran bafle.
 Y como en una actuación y antes de que se cerrara el telón, explotamos en un orgasmo de serpentinas blancas y rosetas de color.


Nadavepo.






viernes, 24 de octubre de 2014

El color de tu lencería









El color rojo de tu lencería, tiño las neuronas de mi mente, que jugaron al cuento de caperucita convirtiéndome en tu lobo inocente.
Y el cuento se invirtió y tú me preguntaste.
― ¿Qué ojos más grandes tienes?
― Son para ver tu cuerpo, y deleitarme mejor.
― ¿Qué boca más suave tienes?
― Para succionarte tus pezones, y ponerlos mirando hacia el sol.
― ¿Qué lengua más larga tienes?
― Es para calarla en tu sandia y sacarle todo su sabor.
― ¿Qué tallo más enorme tienes?
― Este sirve para profundizar en tu caverna y darle todo su calor.
Y en este cuento me quede atrapado sacándole partido a todo lo que me habías preguntado, y tu rojo en pasión se había transformado y al acabar esta historia, por el bosque nuestros cuerpos quedaron desparramados.



Nadavepo.



jueves, 23 de octubre de 2014

Tu helado








Y me viste salir de la ducha desnudo y mojado.
Y en tu mente surgió la chispa del deseo de tenerme acorralado.
Y tuviste ganas de comerte mi cono, que para ese momento estaba empalmado.
Y de saborearlo y deleitarlo, con el ansia de la que está cometiendo el más grave de los pecados.
Y tu boca como llama del infierno, derrite mis bolas como si fuesen cera ardiendo en lo más profundo de un pantano.
Y las lames y las muerdes, hasta conseguir que salga de mi interior lo blanco, lo dulce y para mí lo más sagrado.
Y de rodillas te confiesas ante mí, pidiéndome perdón por haberte desmadrado.
Y me pides penitencia, y yo te impongo a que te comas cuando te apetezca mi helado.


Nadavepo.



sábado, 18 de octubre de 2014

Regaliz negro








Yo lamia tu cuerpo, con la misma pasión que chupaba mi regaliz negro.
Que sabor más suave tenías, entre gusto a menta y canela mi lengua se perdía.
Al olerte yo la cabeza perdía, por arriba a ébano y flores tropicales olías.
Y entre tus piernas, todas las fragancias de los mares tenías.
Entre sabores y fragancias mi cuerpo envolvías, dilatando mis fosas nasales que ya gemían.
Mi vástago ya se endurecía, por el roce de tus manos que con suavidad lo pulían.
Y mi lengua impulsaba la perla de tu ostra, que ya casi en la cúspide se sentía.
Y nuestros orgasmos entre chocolate y nata florecían.
 Y todo esto terminaba en una ducha, entre agua cálida y fría.





Nadavepo.



lunes, 6 de octubre de 2014

Mujer sobre mujer








Como sabes acariciarme, donde yo te acariciaría.
El que seas mujer como yo, me subyuga a la vez que me fascina.
Me encanta leer tu mente cuando entrelazas tu lengua con la mía.
Frotar nuestros pechos, es como ver amanecer el día.
Acariciar tú alfombra de terciopelo, es acariciar el trigo al medio día.
Me encanta darte placer, hasta el ocaso de cada día.
Que precioso es, estar con una mujer que me haga sentir más mujer todavía.




Nadavepo.



domingo, 5 de octubre de 2014

Hazme pecar







¡Hazme pecar!
Pero hazme pecar todo el día.
No habrá  manzanas ni serpientes que me lo prohíban.
Quema mi piel con la fragua de tu boca encendida.
Derrama mi semen por las cavernas de tus senos que ya miran hacia arriba.
Que yo me esforzare en apagar el fuego que sale por tus poros cada día.


Nadavepo.


viernes, 3 de octubre de 2014

Tatuaje







Como sabes provocarme, con tu cuerpo tatuado.
Te desnudas poco a poco, hasta ponerme babeando.
Y me arrojo a tu cuerpo, y entre tus tatuajes  me pierdo.
Como pirata en su mapa, busco los tesoros de tu cuerpo.
Y te masturbo y te penetro.
 Y navegamos entre las historias que se dibujan en tu cuerpo.
Y espero que en el momento de más celo.
Cuando el cenit estemos a punto de alcanzar.
Muerdas mi pecho, para que con tus dientes me puedas tatuar.
Una frase que diga, “eres la dueña de mi placer y la que más gusto me da”.


Nadavepo.


lunes, 29 de septiembre de 2014

Explorador de tu cuerpo







Navegue por los mares de tu pelo.
Surfeé por las olas de tus senos.
Atravesé los glaciares de tu ombligo.
Escale sobre tus interminables piernas.
Baje hasta la profunda cueva de tu sexo.
Busque mis tesoros en cada rincón de tu cuerpo.
Y te abrace, como se abraza al fuego eterno.


Nadavepo.


Y te arranque las bragas








Y tu placer me contaminara.
Y en lo más álgido, te arrancare las bragas.
Y te masturbare, hasta que quede afónica tu garganta.
Y en un estallido brutal, me deleitaras con la expresión de tu cara.
Y en linea recta te penetrare, al desenvainar mi espada.
Y extenuados quedaremos, derramándonos por entre las sabanas.



Nadavepo.



Lila







Lila, tus labios se me han antojado.
Y de lila, todo mi cuerpo lo has pintado.
Que brillo has dejado en mi piel, cuando tu lengua por ella a pasado.
Tu saliva sobre mi pecho, en diamante se ha transformado.
Diamantes de color lila, como el color de la nube a donde me has elevado.



Nadavepo.



Guindilla







Guindilla pura es tu sexo.
Cada vez que lo saboreo, enardeces mi cuerpo.
Yo trato con mi lengua de apagar tu fuego.
Pero tu ardes y me pides que te penetre.
Para que apague el ardor que tienes por dentro.



Nadavepo.



Nuestra cita







Yo a nuestra cita acudí, con mis mejores galas.
Y tú con tu traje de fiesta, me esperabas.
Después de una romántica cena, te cogí de la mano para que me acompañaras.
Y desde la entrada del apartamento, nos fuimos desnudando hasta que llegamos a la cama.
Y nos embadurnamos de sexo, y el deseo nos engalanaba, y yo me pregunte ¿mañana me volveré a poner mi mejores galas?



Nadavepo.



Mi bombón







Y te entregue mi bombón, para que lo degustaras.
Y lo saboreaste con tanta pasión, que conseguiste que se derramara.
Y su licor inundo tu boca, y logro que te desarmaras.
Y la expresión de tu cara lo dijo todo, se notó que te gustaba.



Nadavepo.



La falda Escocesa







Y me hiciste reír, al obligarme a ponerme una falda escocesa.
Pero pronto me dejaste mudo, al meter de bajo de mi falda tu cabeza.
Succionaste de mi fuente tu sed de pasión, hasta dejarla de tanto placer seca.
¡ Y yo que me reía de mi falda escocesa !


Nadavepo.


Cumpleaños







Era mi cumpleaños, y me regalaste una corbata.
Me hizo tanta ilusión, que no me la quite ni para irme a la cama.
Y tú como siempre tan picara y malvada, la usaste para atarme al cabecero de la cama.
Con tus labios embrujados y tu lengua encantada, bajaste hasta mi vela de cumpleaños para apagar la llama.
Y yo deleitado con el placer que tú me regalabas, no pude nada más que pensar.
¡ Que buen regalo me ha hecho con esta corbata !



Nadavepo.



Guerrera Medieval







Mi guerrera medieval.
Que te desnudaste delante de mí.
 Para blandir la dureza de mi espada.
Y con ella tuviste una lucha generosa y entregada.
Hasta conseguir quebrar su fuerza, que yo creía controlada.
Haciendo que salieran gotas blancas por doquier, hasta lograr que yo me desmoronara.


Nadavepo.



Danzar







Y tú ensayabas tus pasos en casa.
Y yo embelesado te contemplaba.
Y tu cuerpo forjado en bronce me excitaba.
Y tu forma de contorsionarte me erizaba.
Y con tus curvas yo babeaba.
Y tú lo sabias, y cada vez que danzabas acabábamos en la cama.
Y aquí te retorcías, mientras yo me arqueaba.
Y allí te girabas, y yo me combulsionaba.
Y ahí como en el lago de los cisnes, tú de placer me matabas.



Nadavepo.


Guerrera Espartana







Mi guerrera espartana, que aceptas cualquier postura cuando estamos en la cama.
Que con tus brazos y tus piernas, me rodeas para gozar en nuestra sudorosa batalla.
Que intentas deshacer con tus labios mi ariete, antes de que penetre  tus murallas.
Que por cada poro de nuestra piel, en cada ataque un orgasmo se nos derrama.
Y que cuando llegamos al clímax en el fragor de la batalla, descubrimos que nuestro sexo.
¡ Afortunadamente ha quedado en tablas ¡


Nadavepo.


Serpiente







Eres la serpiente que contonea su cuerpo, bajando hacia mí.
Que con su mirada me hipnotiza y paraliza mi cuerpo.
Que me haces pecar, dándome igual que me quemen en el infierno.
Y a mí me encanta chupar, el néctar del veneno que tiene tu sexo.
Y que me comprimas y me exprimas, hasta dejar seco mi cuerpo.
¡Y me da igual ser manzano prohibido!, yo quiero pecar penetrando todos los huecos de tu cuerpo.


Nadavepo.


Me masturbe







Masturbarme es desahogarme.
Masturbarme es liberar tensiones.
Masturbarme es llevar oxígeno a mis pulmones.
Masturbarme es ver la vida de mil colores.
Masturbarme es pensar en mi doncella.
Masturbarme es trotar a galope por la pradera.
Masturbarme me libera.
Masturbarme, me lleva hasta las estrellas.
Masturbarse es divino, y más si te masturbas al unísono con ella.


Nadavepo.


El cristal







Te poseí sobre el cristal.
Para que tus pechos resaltaran.
Y a cada envite que te daba.
La huella de tus pezones en el cristal se marcaban.
No sabes lo mucho que eso me excitaba.
Tanto, que tú entre tus piernas lo notabas.
Y tú en agradecimiento, tu culo contra mi apretabas.
Y los dos acoplados como funda a su espada.
Gozábamos de nuestros cuerpos, sin prisa pero sin pausa.
Hasta acabar en un éxtasis, ¡derramándonos!
Como se derrama la espuma, al descorchar una botella de cava.



Nadavepo.


La espera







¡Y me esperabas!, mientras yo bajaba de las estrellas.
¡Y me esperabas!, con las piernas abiertas.
¡Y me esperabas!, con tu agujero negro a la espera.
¡Y me esperabas!, para que la cola de mi cometa en tu agujero  se perdiera.
¡Y me esperabas!, para que mi vía láctea se derramara por tus piernas.
¡Y me esperabas!, para que explosionáramos como la fusión de dos planetas.
¡Y me esperabas!, para que los satélites del placer en nuestra cabeza dieran vueltas.
¡Y me esperabas!


Nadavepo.


Tu cuerpo







Tu cuerpo es elástico, como el junco en la mañana.
Con tus movimientos me hipnotizas, Como Dalila a Sansón hipnotizaba.
Tu cuerpo incita al pecado, y yo soy el más pecador de los humanos.
Arráncame mi sexo, y quédatelo entre tus manos.
Que yo beberé de tu concha, todos tus sabores salados.


Nadavepo.


Verano







Era verano, y tú en nuestro salón me tumbaste sobre la mesa.
Yo solo con mi bóxer, y esperando que llegases a mi maleza.
Y tú con tu premura, acariciabas mi pelo, cuello y orejas.
 Tu lengua cazadora, exploraba todo mi cuerpo buscando el rastro de mi presa.
Y yo acortaba distancias, buscando un tesoro entre tus piernas.
Y me diste caza, y mientras devorabas a mi presa.
Yo le daba gusto a esa perla que salía de tu caja de sorpresas.


Nadavepo.