sábado, 26 de mayo de 2018

Condecórame













  Muero por follar contigo, babeo por oler la calidez de tu coño, tomar tus biberones de cualquier hora, quiero acoplar mi polla como pieza del tetris a tu vagina, entrar por tu puerta de Sodoma y beber en tu jardín de Alejandría… cuantas ansias, cuantas ganas de desovar sobre tu barriga ¡Fóllame amiga mía!

  Calambres recorren mi cuerpo, quiero tu enchufe para tener una corriente bien dirigida, hacia tu boca, hacia tu ombligo, hacia tu poro más definido… orgasmo de cascada, de escalera, orgasmo de mesa de roble que es la que escasea.

  Argumento ninguno, debate tachado, charla desaparecida, comentarios borrados… lo nuestro es mímica con sonidos guturales bien marcados. Lujuria soñada en la distancia, que a punto está de cerca… cuánta rebeldía acumula mi verga.

  Gusto desmarcado, placer ilimitado, orgasmo alocado. Cuántas  sensaciones, que no todo el mudo ha probado… certifica que somos los mejores amantes, séllalo con un pecado. Cuantos poros trabajando, cuantas células sudando, el corazón se está acelerando, rompe mis cojones… que atrozmente me estas desmoronando.

  Condecórame, sin márgenes ni palancas, que bonito es penetrarte aquí, y aunque no lo crean en la distancia. Alarga mi falo como caucho de Malasia, que cuando lo sueltes… apretarás las pestañas, para usarlas como paraguas, que la lluvia ácida no enrojezca tus pupilas de diosa espartana.

  No hablaré más con las ansias de los deseos del pasado, ahora en el presente te he follado… y para el futuro, que te digo del futuro, dejemos que nuestros polvos lo vayan dibujando.



Nadavepo





lunes, 14 de mayo de 2018

El duelo












  Cuanto tiempo sin disparar sobre tu cuerpo, quinto mes polvoriento. Distancia que a caballo, es una locura como cabalgar sobre el viento. Cabaña de madera, molino de viento, rabio por ver como llueve sobre tu cuerpo.

  Soy un forajido, pero lleno de honor por dentro. Busco un enfrentamiento contigo, la sheriff  del pueblo, para hacer memoria del último duelo. Si alguien ha de prenderme, quiero que seas tú, pues no hay más bonita prisión para cumplir mi condena, que la de tu cuerpo.

  Desmonto del caballo, te veo bajar por la calle principal del condado. Me miras, te miro, sabes como yo que la contienda es inevitable, pues el olor pólvora nos invade por dentro. Me das el alto, me apresas las manos con las más bellas esposas, que son tus manos.

  Alojamiento me has dado en la posada de al lado. Seguramente con la intención, de no hacer público nuestro cuerpo  a cuerpo, pues escandalizaríamos a los más púdicos y arcanos. Como huelen nuestras armas, cuando más cerca de desenfundarlas estamos.

  Cierras la puerta, me tiras sobre el diván sin yo esperármelo, es una traición que te haré pagar caro. Te subes encima de mí, buscando que desenfunde mi colt 44, yo hace meses que mi munición para ti la guardo.

  No dispararé ni una sóla bala, hasta que tú te hayas vaciado, pues de esa manera tu funda para mi pistola habremos engrasado, enfundarte ahora mismo es lo más deseado, pero debo esperar a que mi pistolera se haya despachado, cuando quedes a gusto cabalgaremos hasta el ocaso.

  Revientan mis dos tambores, del gusto de sentirte en lo alto. Tú te balanceas y los tambores los estás cargando. Peligrosa eres en tus ágiles movimientos de amazonas a pelo montando, cuánto deseo por mi cuerpo estas inyectando. A horcajadas el cañón de mi pistola estas chupando, ojos que se cierran tanto desde arriba como desde abajo, y cuando los abrimos, mi acero a cada lametón suena como un banyo.

  Gotea por la comisura de tus labios, el Misisipi se está desbordando, cuántas cataratas en tu garganta están sonando. Profundizo en tu carcaj, con mi dedo más malvado, produciendo en tu cuerpo espasmos desencajados. Provocas sin cortapisa, me estas desarmando, sabes que mi arma está humeando.

  Como si fuésemos indios desnudos, sobre la hoguera danzando, las pinturas de guerra se nos borran sudando. Te sigo galopando, mientras tu aljaba se va pujando, que difícil seria no erotizarse sobre tus senos encantados.

   Avancemos sin desmoronarnos, que el duelo se está terminando, después de tantas galopadas tú ya estás saciada. Ahora te pones ante mí a corazón abierto, buscando mis balas blancas queriendo que acribillen tu cuerpo, te da igual por fuera que por dentro, los dos de éxtasis al unísono estamos muriendo.

  En el suelo los dos quedamos tumbados, ha sido un duelo justo pues fuerte y flojo mutuamente nos hemos dado. Siempre mejoras cada encuentro, por eso para ti mis balas siempre guardo. Sabes que cuando tú me reclames, hasta ti llegaré volando, pues ningún duelo me perderé siempre que mi dama me siga follando.



Nadavepo