martes, 30 de junio de 2015

Galópame












Galópame poniendo tu pubis sobre mi espalda.

Galópame y saca todo el brío de mis entrañas.

Quiero ser tu cabalgadura desde el ocaso hasta el alba.

Coge mis riendas y haz que me desboque sobre tus nalgas.

Rojo corcel de acero, que quiere abrevar de tu gruta encantada.

Posa sobre mi pecho tus dos escudos de porcelana…

Y azótame con tu fusta, del infierno del placer sacada.

Hazme caballo de lujuria, con la pértiga entre sus piernas empalmada.

Desbrózame  el sudor de mi piel, con tu lengua de sexo azulada…

Y cógeme de la crin, y tira de ella hasta meterme en tu raja.

Mi amazona del pecado, como me has desangrado sobre tu alpaca de paja.

De blanco he pintado, las paredes de tu aterciopelada cuadra…

Para poder guiarme en la oscuridad, y arrastrar mí pene hacia tu altar.

Semental  bruto y engreído, que creía en el sexo poder contigo.

Ahora mi fuerza, como Dalila a Sansón has quitado…

¡Ahora solo soy un potro, vulnerable y amansado!





Nadavepo.




lunes, 1 de junio de 2015

Electra









Te llamo Electra y no porque seas descendiente de un rey griego.

Descubrí tu nombre cuando mi piel rozo la tuya.

Descargas intermitentes recorrían mi cuerpo, erizando hasta el vello más prófugo de mi geografía.

Una sacudida removió todas mis neuronas, al chocar nuestras lenguas en una cascada de burbujas efervescentes.

Mis manos se quedaron pegadas a la corriente estática que desprendían tus pechos.

Chispas de deseo, saltaban desde tus ojos al abismo de mis más lujuriosos deseos.

Creí que moriría entre tus brazos totalmente electrocutado.

Cuando apuntale mi pértiga en el umbral de tu preciosa puerta, mis dos acumuladores encendieron sus motores.

Una vez estuve dentro, tus propulsores arqueaban mi cuerpo.

No sé cómo no sucumbí, cuando tú generaste aquella tormenta eléctrica.

Entre tus rayos y mis centellas, saltamos como resortes que salen de debajo de la arena.

Las chispas que derramábamos, casi prendieron nuestro lecho convirtiéndolo en un fuego eterno.

¡Ahora ya sabes porque te llamo Electra!



Nadavepo.