Hoy quiero dibujar un
bodegón, liberando mi pincel para usarlo en toda su expresión… sin usar sintéticos
que coarte su erección.
Utilizare tonos suaves
de color, aunque no prometo que se sostengan en la paleta si tú me aprietas… y
haces que con mi imprudencia y tu alboroto tiremos el caballete a lo loco.
Empezare por una
fresa con la forma de tus labios, manchada de óleo la plasmare en un lienzo…
mientras los acaricio con mis manos.
A su derecha e
izquierda pintare, dos manzanas coronadas con unas cerezas bien rosadas… mientras
mi brocha se desabrocha besando tus pechos.
Continuare dibujando
una uva, que si la observas con detenimiento veras que está situada en el
centro de tu cintura… mientras yo con mi lengua la despellejo atacado de los
nervios.
Y una cuarta más abajo
de la uva, detallare una castaña con su bonita raja… y te veré gozando mientras
mi pincel entra volando.
Sin remedio y para
rematar este bodegón, quiero coronarlo con dos esbeltos jamones… los que al
moverse me hacen correrme y salirme del cuadro.
Pero tú me recuerdas
que no quedara bien, si no hago con mi brocha una botella de rioja… que al
inclinar el óleo en tu raja se derrama, como la sabia de un árbol bajando por
sus ramas.
Ya no sé dónde está
el lienzo, ni mi pincel, ni tu castaña. Ya loco me has dejado y del bodegón me
llevas a tu lago… donde floto anonadado, mientras mi sudor refleja todos los
cuadros que te he pintado.
Alejandro Maginot.