Cuanto
tiempo sin disparar sobre tu cuerpo, quinto mes polvoriento. Distancia que a
caballo, es una locura como cabalgar sobre el viento. Cabaña de madera, molino
de viento, rabio por ver como llueve sobre tu cuerpo.
Soy un forajido,
pero lleno de honor por dentro. Busco un enfrentamiento contigo, la
sheriff del pueblo, para hacer memoria
del último duelo. Si alguien ha de prenderme, quiero que seas tú, pues no hay
más bonita prisión para cumplir mi condena, que la de tu cuerpo.
Desmonto del
caballo, te veo bajar por la calle principal del condado. Me miras, te miro,
sabes como yo que la contienda es inevitable, pues el olor pólvora nos invade
por dentro. Me das el alto, me apresas las manos con las más bellas esposas,
que son tus manos.
Alojamiento me has
dado en la posada de al lado. Seguramente con la intención, de no hacer público
nuestro cuerpo a cuerpo, pues
escandalizaríamos a los más púdicos y arcanos. Como huelen nuestras armas, cuando
más cerca de desenfundarlas estamos.
Cierras la puerta,
me tiras sobre el diván sin yo esperármelo, es una traición que te haré pagar
caro. Te subes encima de mí, buscando que desenfunde mi colt 44, yo hace meses
que mi munición para ti la guardo.
No dispararé ni una
sóla bala, hasta que tú te hayas vaciado, pues de esa manera tu funda para mi
pistola habremos engrasado, enfundarte ahora mismo es lo más deseado, pero debo
esperar a que mi pistolera se haya despachado, cuando quedes a gusto
cabalgaremos hasta el ocaso.
Revientan mis dos
tambores, del gusto de sentirte en lo alto. Tú te balanceas y los tambores los
estás cargando. Peligrosa eres en tus ágiles movimientos de amazonas a pelo
montando, cuánto deseo por mi cuerpo estas inyectando. A horcajadas el cañón de
mi pistola estas chupando, ojos que se cierran tanto desde arriba como desde
abajo, y cuando los abrimos, mi acero a cada lametón suena como un banyo.
Gotea por la
comisura de tus labios, el Misisipi se está desbordando, cuántas cataratas en
tu garganta están sonando. Profundizo en tu carcaj, con mi dedo más malvado,
produciendo en tu cuerpo espasmos desencajados. Provocas sin cortapisa, me
estas desarmando, sabes que mi arma está humeando.
Como si fuésemos
indios desnudos, sobre la hoguera danzando, las pinturas de guerra se nos
borran sudando. Te sigo galopando, mientras tu aljaba se va pujando, que
difícil seria no erotizarse sobre tus senos encantados.
Avancemos sin
desmoronarnos, que el duelo se está terminando, después de tantas galopadas tú
ya estás saciada. Ahora te pones ante mí a corazón abierto, buscando mis balas
blancas queriendo que acribillen tu cuerpo, te da igual por fuera que por
dentro, los dos de éxtasis al unísono estamos muriendo.
En el suelo los dos
quedamos tumbados, ha sido un duelo justo pues fuerte y flojo mutuamente nos
hemos dado. Siempre mejoras cada encuentro, por eso para ti mis balas siempre
guardo. Sabes que cuando tú me reclames, hasta ti llegaré volando, pues ningún
duelo me perderé siempre que mi dama me siga follando.
Nadavepo
Este duelo ha sido un empate de gozo , deseo y pasión pues te diré que me ha gustado , es siempre bonito leer relatos de sexo sin que para ello forcemos el léxico a lo bárbaro :::Que no digo que este mal , pues los vocablos si hay que decirlos se dicen , pero llegar al lector sin siquiera mencionar hasta el final ninguno de ellos tiene su gran mérito y tú lo has logrado ..felicidades Alex el duelo te quedo bordado ...
ResponderEliminarUn saludo y te deseo una inmejorable semana.
Gratitud infinita querida Campirela, leerte es reconfortante, pues me das mucho empuje para seguir en un estilo o en otro escribiendo. En este caso, esa era mi intención, llegar al final del relato con palabras que dejaran clara la situación pero sin llegar a lo de siempre. Gracias una vez más. Preciosa semana para ti.
ResponderEliminarMaravilloso Alejandro realmente siempre me dejas con la boca abierta literalmente tienes en tus manos un don amigo mio innegable que ya muchos quisieramos tener, la forma de como dejas todo tan claro utilizando esas palabras es admirable. que mas te puedo decir que no te haya dicho ya, muchos besos y abrazos y sigue escribiendo que por lo menos a mi me encanta leerte
ResponderEliminarPues yo si te diré a ti, no me canso de leer tus comentarios. Siempre apoyándome y dándome esas alegrías de saber transmitir. Sólo tengo elogios para ti querida Rocio, te deseo un encantador resto de semana. Gracias una vez más por leerme. Un abrazo con todo mi cariño.
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