No miro tu cuerpo, es tu reflejo en el espejo
lo que espolea mi falo, que no tengo más remedio que meter en tu ano, mientras
tirando de tu pelo casi del suelo te levanto. Cara de frenesí absoluto, lujuria
que como fluorescente se proyecta en el espejo, que se ilumina como joven
cuando ya queda viejo.
Follada entre nuestros sudores, mientras tus
piernas tiemblan, no puedo dejarte caer al suelo, aunque desfallezcas. Como
cuerda tu cuerpo se tensa, aspa de molino que entre tus senos golpea ¿como no
comerte si en caníbal me reflejas? bocados en tu espalda también entre tus
piernas.
Y tú crujes como el pan, cuando acaricio tus
tetas. Armonía de colores que en tus ojos cerrados se reflejan, como pierdo la
noción del tiempo cundo acaricias mi verga. Puente que te tornas de piedra, mira
como mi pico socaba entre tus piernas, abriendo la brecha que deja seca tu
fuente, a veces llamada de la vergüenza.
Arcadas de placer, no de estar enferma. ¡Cuánto
lujo sobre tu cuerpo, cuánto desgarro sobre mi polla erecta!. Dientes que de
marfil se tornan, afilados como espuelas, ¿cómo puedes comerte mi pene con esa
fuerza?. La chupas como si desgastarla quisieras, nunca la hieres, aunque si te
lo propones sangre sacas de ella, una sangre blanca que recorre tu garganta
hasta fundirse con tus células, nunca me siento tan vivo como cuando un trocito
de mi entrañas, en tu interior se queda.
Dos cuerpos unidos por un hilo de plata,
magia que nos une como metal, cuando somos blandos como almohadas. Sólo con
dejarte caer las bragas, anulas mi consciencia, en acero tornas mi espada, que
de una limpia estocada sale totalmente engrasada, placer al enfundar mi sable
en la funda más acolchada, que cuida, que pule, que deja limpia mi espada.
El rosetón que hay entre tus piernas, es mi
escudo de armas, que acaricio constantemente para lustrar tu garganta, que
trina, que canta, que vocaliza la epopeya más larga. Yo tengo mi montura
preparada, tu galopas sobre mí, babeando como yegua alada, dejando tu rastro
sobre mi desnudo cuerpo, como caracol que ha perdido su casa.
Amordázame con tu boca como si fueses unas
tenazas, no me dejes respirar, sácame por ella el alma. Quiero que te quedes
con mi ser, que por tu corazón se desangra.
¿Cómo
puedo amarte de esta forma, que no se refleja ni en las novelas, tampoco en los
libros de historia?… reventaré cualquier forma de amor, que no sea tan puro como
el de nuestra historia.
Nadavepo
Cómo comenzar a comentar este nuevo relato , lo he leído más de dos veces y debo decirte que la primera vez me pareció ver cuatro personajes distintos y me explico , la primera parte es erotismo puro y duro , llegados a la mitad del relato es como si los personajes ya estuvieran saciados de sexo y buscan más la parte poética del amor , del deseo ..Vamos que hay que darte las gracias nos has dejado dos en uno.
ResponderEliminarCómo siempre tus relatos no nos dejan indiferentes a quien los lee , nos enseñas con tus letras las mil y una maneras que hay de interpretar una obra erótica.
Gracias por compartir , un abrazo y feliz regreso.
Gracias querida Campirela por tu apreciación, como bien dices parecen cuatro aunque son sólo dos amándose para todo el mundo. Una vez más me haces reflexionar para meter nuevas ideas a mis poemas. Nuevamente te doy las gracias deseandote una bonita semana. Si me lo permites, te mando todo mi cariño en un abrazo virtual.
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