Tu cuerpo es elástico, como el junco en la mañana.
Con tus movimientos me hipnotizas, Como Dalila a Sansón hipnotizaba.
Tu cuerpo incita al pecado, y yo soy el más pecador de los humanos.
Arráncame mi sexo, y quédatelo entre tus manos.
Que yo beberé de tu concha, todos tus sabores salados.
Nadavepo.
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